Según el reporte de estadísticas de ingresos en Latinoamérica y el Caribe publicado en 2023 por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), cuyas últimas estadísticas corresponden al año 2021, Nicaragua se situó por encima del promedio latinoamericano en lo que respecta al promedio de recaudación tributaria como proporción del producto interno bruto (PIB). Dicho indicador en el caso de Nicaragua se ubicó en 27.1%, reflejando un incremento de 5.5 puntos porcentuales respecto al promedio de América latina que corresponde a 21.7%.

El reporte refleja que la estructura fiscal de Nicaragua para el año 2021 se compuso de la siguiente forma: (i) 6% derivado del impuesto sobre la renta de personas naturales; (ii) 24% derivado del impuesto sobre la renta de sociedades; (iii) 24% derivado de contribuciones a la seguridad social; (iv) 1% derivado de impuestos a la propiedad; (v) 25% derivado del impuesto al valor agregado (IVA); (vi) 19% derivado de otros impuestos sobre bienes y servicios, y (vii) 1% derivado de otros impuestos. Un extracto del reporte con las estadísticas específicas de Nicaragua puede ser encontrado en el siguiente link.

Del reporte se obsverva la importancia del impuesto al valor agregado (IVA) para Nicaragua, representando un 24.7% de la recaudación total de la matriz de recaudación fiscal, y teniendo una contribución del 6.7% al promedio de recaudación tributaria como proporción del PIB. Cabe destacar que las estadísticas del año 2021 ya reflejan los importantes impactos que tuvo la reforma fiscal del año 2019 que afectaron principalmente la recaudación del impuesto sobre la renta (IR) y también tuvo sustanciales modificaciones al impuesto al valor agregado (IVA), así como la importante reforma a las contribuciones de la seguridad social para ampliar la base imponible de dichas contribuciones. Entre las distintas acciones que llevaron a obtener los resultados de recaudación positiva que refleja el reporte, hay algunas acciones que debemos aplaudir y promover, pero también hay otras que ameritan que nos sintamos avergonzados y que debemos erradicar.

Uno de los temas que creo requiere una revisión y especial atención es precisamente el impuesto al valor agregado (IVA). Si bien es cierto es un impuesto muy importante en la matriz de recaudación fiscal como demuestran las estadísticas del informe relacionado, hay muchos temas asociados a este impuesto que podrían mejorarse para adecuar nuestra realidad y práctica comercial a los estándares internacionales.

El impuesto al valor agregado (IVA) es un impuesto indirecto que grava el consumo general de bienes o mercancías, servicios y el uso o goce de bienes mediante la técnica del valor agregado. Como tal, hay consenso internacional en que las empresas no son las responsables del pago de dicho impuesto, sino que corresponde al consumo de los usuarios finales, siendo estos, las familias de toda sociedad. El IVA busca tener una neutralidad impositiva y procura en principio que las estrategias y decisiones empresariales no sean afectadas por dicho impuesto. Se busca que los productores de bienes y servicios extranjeros puedan estar en las mismas condiciones y ventajas que estarían los productores de bienes y servicios locales. Es por ello que están exentas del IVA en Nicaragua las importaciones o internaciones de los bienes cuya enajenación en el país se encuentren exentos, con ciertas y enumeradas excepciones. Y de igual forma, es por ello que se cobra el IVA en la importación de bienes con el objetivo de mantener la neutralidad respecto a los bienes que se comercializan localmente y están sujetos a dicho impuesto.

Sin perjuicio de lo anterior, como dije, hay muchas circunstancias que ameritan revisión respecto al impuesto al valor agregado, entre las que podríamos destacar las siguientes: (i) la existencia de regímenes de cuota fija, cuyos contribuyentes no están obligados a recaudar el IVA; (ii) la falta de una regulación adecuada para la aplicación y recaudación del IVA en servicios digitales e intangibles, cuya proliferación en los últimos años hace que las reglas existentes sean obsoletas; (iii) la permisibilidad de importar bienes de “bajo valor” sin pagar dicho impuesto por cada producto importado, y me refiero acá a todas esas importaciones que se hacen a través de empresas que hoy en día realizan importaciones consolidadas y cobran a sus usuarios una tarifa fija por libra.

Otro problema que amerita también análisis es la determinación de si debe recaudarse el IVA a través del principio de destino o del principio del origen. ¿Se respeta realmente el principio de destino cuando se dice en Nicaragua que a la exportación de bienes y servicios aplica la alícuota del 0%? ¿Qué criterios deberían aplicarse para considerar que un servicio es exportado?, y ¿cuáles son los criterios aplicados por la Dirección General de Ingresos? ¿Con qué facilidad las empresas pueden recuperar el IVA incurrido respecto a esas exportaciones de bienes y servicios?

El presente artículo tiene por objetivo únicamente sentar las bases de temas que abordaré en artículos posteriores pues creo que del IVA hay mucho que opinar, y a la vez ilustrar como dicho impuesto es de suma importancia en america latina, cuyo promedio de recaudación fiscal representa el 30% del total recaudado, y en los países OCDE para quienes representa un 20% del total recaudado.

El importante efecto que ha tenido el IVA en las distintas jurisdicciones y los radicales cambios en los sistemas tradicionales que ha representado la economía digital ha significado que las jurisdicciones hagan sustanciales cambios a sus sistemas tributarios. Incluso, la OCDE ha publicado un Kit de Herramientas de IVA digital para Latinoamérica y el Caribe, el cual contiene importantes sugerencias para la implementación de nuevas políticas que se adecuen a los estándares internacionales.

Finalmente, no omito señalar que para el año 1979, solo 23 países del mundo tenían en sus sistemas tributarios un impuesto al valor agregado (IVA), y solo 3 países en Latinoamérica tenían IVA, entre ellos Nicaragua. Hoy en día, más de 165 países cuentan con un impuesto al valor agregado (IVA), y prácticamente todos los países de Latinoamérica cuentan con dicho impuesto. No es posible que Nicaragua habiendo sido pionero en la implementación de este impuesto, nos quedemos con legislaciones obsoletas y que no se acoplan necesariamente a las nuevas realidades del mercado. Estamos en el momento oportuno para hacer una revisión de nuestro sistema tributario respecto al impuesto al valor agregado (IVA).

Publicado por rogerperez23

Abogado de profesión, administrador de empresas por diversión (aunque también de profesión), esposo y padre bendecido, lector y ciclista MBT aficionado.

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